Como hacer una CARTERA o PORTAFOLIO en CUERO (1 de 2)
Los portafolios de cuero de buena calidad tienen el doble inconveniente de ser muy caros y de que, en general, no se los consigue en las medidas consideradas en cada caso como las más prácticas.
Evidentemente, la mejor solución para ese doble inconveniente es hacerse uno mismo el portafolio, lo que no presenta mayores dificultades.
Indicamos aquí las principales piezas que entran en la formación de uno, hecho enteramente en cuero, y con varias divisiones. Las dimensiones indicadas van, simplemente, a título de ejemplo, y cada uno las puede modificar a su gusto, tomando, sin embargo, ciertas precauciones para que las medidas concuerden entre sí y que las divisiones no se recubran las unas a las otras, lo que sería muy incómodo.
En la mayoría de los casos las partes de las divisiones o bolsillos que no son visibles, no se hacen en cuero, sino en una tela delgada y fuerte, lo que tiene la. ventaja de ser más flexible, más liviano y más económico; en cambio se pierde en solidez.
Los materiales y las herramientas
El cuero puede ser adquirido en una casa de artículos del ramo, pero si se dispone de un cartapacio cuyas esquinas y bordes estén desgastados por el uso, se podrán recortar estas partes y aprovechar las demás.
El cuero debe ser todo lo delgado posible, aunque resistente, y de superficie dura.
Los útiles necesarios son simplemente una cuchilla de zapatero, bien afilada, y una máquina de coser. Cuando sea necesario unir varias partes con cola, a falta de una prensa especial, se recurrirá a una pila de libros colocada sobre las partes que se peguen, hasta que la cola se seque.
Examinemos ahora las distintas partes que forman el portafolio; a fin de simplificar las explicaciones, esas distintas partes serán nombradas sobre los dibujos con letras que servirán para designarlas.
El cuerpo del portafolio
El cuerpo está formado por la pieza A, que es la más importante, la que se ve cuando la carpeta está cerrada, y sobre la que se fijan todas las otras partes. Esta pieza va doblada en sus dos extremos, uno de los cuales forma un bolsillito para estampillas, billetes de ferrocarril, etc., y la otra forma la solapa que permite cerrar el bolsillo interior, o de seguridad.
En los croquis, estas distintas partes están designadas con números: 1, bolsillo; 2 y 3, costados; 4, solapa.
Esta es la pieza que necesita el mayor pedazo de cuero y en un solo trozo. En caso de no disponerse de un pedazo del tamaño necesario, la parte del bolsillo puede hacerse con un añadido.
En el centro de la solapa 4, se cose una oreja G, cuya forma será la de un escudo y que está destinada a cerrar la solapa del bolsillo de seguridad, en combinación con una presilla H, fija sobre una de las hojas interiores que forman los bolsillos (F).
La oreja G, está formada por un pedazo de cartulina muy fuerte que se recorta en la forma deseada, y sobre la cual se pega el cuero, cuyos bordes se rebajan con el cuchillo y se doblan sobre el revés de la cartulina; después se recorta una pieza de cuero de forma adecuada y se pega por el revés cubriendo el doblez del cuero, llegando hasta un milímetro o un milímetro y medio del borde.
La orejita se cose al borde de la hoja A, de preferencia cuando el trabajo está ya terminado.
Generalmente, el cuerpo A se forra; las telas de seda de color combinado con el del cuero, son las más agradables. Particularmente se emplea el moiré, aunque presenta el inconveniente de cortarse con el uso. Como la cartera, en este caso, no es de gran lujo, podremos contentarnos con una tela más ordinaria.
Para cortar el cuerpo A, lo mejor es tomar un modelo de cartón y aplicarlo sobre el cuero, cortando alrededor de él, dejando un margen de unos tres milímetros, sobre cada uno de los bordes, este margen se dobla después, quedando el cuero exactamente del tamaño del cartón. El forro también tendrá este mismo tamaño, exactamente.