Como hacer – ALBAÑILERIA, las aberturas (2 de 2)
Ventanas a guillotina: estas aberturas tienen alguna semejanza con las anteriormente descriptas.
Pero la diferencia más importante es la de que sus hojas se abren vertical, descendente de arriba hacia abajo y viceversa (fig. 132).
Es indudable que, si las ventanas de balancín proporcionan la ventaja ele no ocupar lugar con sus hojas en los costados, las de guillotina hacen: más amplia esa ventaja, ya que las 1 hojas no sobresalen en ningún sentido. Esto las ha hecho muy adoptadas en locales de reunión (confiterías, salas de baile, etc.) y también en oficinas y en algunos casos en locales de casas de familia.
Sus hojas son comúnmente dos; ambas móviles o una fija y otra móvil. En el primer caso, cuando la de abajo sube, la de arriba baja, coincidiendo en la parte media de la abertura y. dejando partes abiertas encima y debajo de ellas. En él segundo, la hoja fija es la de arriba y la de abajo es móvil, debiendo deslizarse esta última para arriba a los efectos de abrir el vano.
Indistintamente se pueden construir de madera o de hierro y provistas <le un dispositivo compensador, para que sus movimientos sean suaves y fáciles de realizar.
Generalmente no tienen cerradura, poseyendo, en cambio, grampas de seguridad o enganches para fijar su cierre.
Sus dimensiones son mayores que las de balancín y, por esta causa, sólo aplicables (en casas familiares) en cocinas, habitaciones de servicio o en dependencias principales.
Si se las coloca en dependencias de servicio, sus dimensiones podrán ajustarse a las fijadas como aconsejables, para esos locales con el aumento que sea necesario para la disposición de las, hojas y compensación de movimientos. Si, en cambio, se las aplicara a dependencias principales, entonces se les debe dar las medidas establecidas, conforme al porcentaje pertinente a su superficie cubierta.
Fig.- Como hacer – ALBAÑILERIA, las aberturas (2 de 2)
Tragaluces: el tragaluz es una abertura fija, esto es que no posee hojas movibles que se abren.
De acuerdo con lo que antecede, se deduce que su finalidad es solamente de proveer luz.
Su aplicación procede, por lo tanto, en rincones o ángulos de locales, donde por algún motivo convenga asegurar iluminación, estando el resto convenientemente ventilado e iluminado. También se usan como motivos de ornato en muros de fachada correspondientes a ambientes que dan sobre la calle.
Estás razones hacen que sus medidas sean reducidas, en primer lugar, porque no ventilan, y, en segundo lugar, porque sirven para reforzar la iluminación general o para facilitarla en algún recinto chico.
Se fabrican de hierro, salvo que por alguna circunstancia especial sea aconsejable usar la madera para ello.
Claraboyas: son aberturas dispuestas en las cubiertas o cielorrasos.
Si se trata de un establecimiento industrial o de depósito en que no se, construye el cielo naso, la claraboya comunica directamente desde la cubierta hacia el interior; si, por lo contrario, es una dependencia provista de cielorraso, la claraboya colocada en el techo comunicará y abrirá por medio de una campana en el cielorraso, para desde aquí difundirse la luz.
Las claraboyas son de hierro, con la única excepción de cuando forman parte de armazones o estructuras de madera.
Pueden ser para ser utilizadas en cubiertas de chapas de hierro galvanizado o de fibra de cemento, en cuyo caso se construyen chapas con la claraboya incluida y afirmada en una chapa cortada internamente para dar paso a la luz. Si, en cambio, se aplican en cubiertas de tejas, pizarras o azoteas, etc., se hace una armazón de hierro para ser colocado en la cubierta.
Se hacen fijas cuando sólo se procura iluminar con ellas y corredizas, cuando al mismo tiempo se provee la ventilación!