Como hacer los ACABADOS EN MADERA (1 de 2)
Algunas reglas generales que rigen la elección del terminado de un proyecto. – Es imposible que una madera ordinaria tenga el aspecto de una madera de precio. Evitar los terminados contrastantes. El uso determina cuál será la capa final.
El terminado de la madera es el arte por el cual el artesano aplica al material ciertas preparaciones, en un esfuerzo por aumentar su belleza y al mismo tiempo, hacerlo más útil. Antes de cualquier tentativa para terminar un objeto de madera, deben estudiarse cuidadosamente ciertos factores, para conseguir los resultados más satisfactorios. El primer punto que hay que considerar es la clase de madera que se ha aplicado a la obra en cuestión.
Algunas maderas se prestan al uso de tintes, mientras que en otras el terminado es mejor si se dejan al natural. Hay, por otra parte, otro grupo no apto para ninguno de esos tratamientos, y que debe pintarse o esmaltarse. Generalmente se acepta que el castaño americano, el fresno, algunos abetos, el nogal blanco americano, el guindo, el cedro, el ciprés, la madera del árbol de la goma, la caoba, el roble, el palo de rosa y el pino de California están incluidos en el grupo cuya belleza puede realzarse con el uso de tintes. En el segundo grupo, vale decir en aquel que se presta más a la terminación al natural, pueden considerarse maderas tales como el nogal americano y el circasiano, algunos tipos de castaño, guindo, cedro, ébano, caoba, roble, palo de rosa, pino y madera satén. Algunas maderas se incluyen en ambos grupos porque pueden ser tratadas con tinte o sin él, de acuerdo a lo que sea el objeto. El tercer grupo está formado por maderas que pueden, o que deben ser terminadas con pintura o esmalte; son el pino blanco y el amarillo, abeto, sabuco y distintos tipos de álamo. Como puede verse, en estas listas no se mencionan todas las maderas aplicadas a la fabricación de muebles, pero sí las más comúnmente usadas.
Fig.- Como hacer los ACABADOS EN MADERA (1 de 2)
Es conveniente que el artesano tenga presente la clasificación de las distintas maderas antes de iniciar la construcción de un mueble, con lo que se evitará que, ya concluida la pieza, al buscar un terminado adecuado se llegue al descubrimiento de que desde el principio se ha hecho una elección desdichada. Un excelente ejemplo de lo que significa esto, es construir, por ejemplo, una me-sita para usar en una habitación amueblada al estilo del siglo XVIII, hacerla en pino, y descubrir después que en esta madera es imposible reproducir un terminado semejante al de los mueb’es con los que la mesita debe hacer juego. Otro factor que debe ser considerado cuando se decide la madera que se va a usar, es la calidad de la misma. Cuanto más barata sea ésta, más difícil será dar uniformidad al terminado de los varios miembros del artículo. Si el trabajo debe ser pintado o esmaltado, esta cuestión de calidad puede ser descuidada.
El siguiente punto que el aficionado debe estudiar una vez que se ha decidido acerca de la madera, es el método que puede ser emmeado para hacer lucir toda la belleza natural del material, teniendo presente que el terminado no debe ser demasiado contrastante. La posibilidad de este tipo de terminación siempre está presente en maderas de grano abierto o de veta muy decorativa, y es trabajando con éstas que hay que tomar precauciones para evitar extralimitarse en el acabado. Estas maderas pueden trabajarse mejor eliminando el tinte y, en caso de aplicárselo, no debe tener mucho poder penetrante.
El dibujo de la veta en un trozo de madera es causado sea por el método de corte, o por defectos tales como los nudos. En cualquier caso, el material correspondiente a las vetas es extremadamente duro, mientras que la parte lisa de la madera es relativamente blanda. Si se entiende bien la teoría del teñido, se verá cómo, en tales condiciones, puede resultar un acabado contrastante. La función del tinte es dar color, por penetración, en los poros de la madera; cuanto mayor sea la penetración, más obscuro resultará el color. Cuando un pedazo de madera tiene partes duras y partes blandas, el tinte penetra más profundamente en estas últimas, resultando una diferenciación de color, o efecto contrastante. Hay algunos tintes cuyo poder penetrante es superior al de otros, y son esos los que deben ser evitados. Las anilinas o tintes al agua, por ejemplo, ligeramente adicionadas de alcohol, tienen considerable poder de penetración, aunque ese poder puede inhabilitarse si se suprime el alcohol. Algunos tintes acerosos que contienen trementina, aceite de linaza, secativos y pigmentos pueden usarse cuando se desea muy poco poder de penetración. Como regla general, los tintes que contienen alcohol son los más penetrantes.